En un contexto de transformación industrial, transición ecológica y necesidad urgente de talento técnico, la Formación Profesional se posiciona como una de las palancas clave del futuro laboral. Hablamos con Eduardo Quintas Monroy, profesor técnico del Ciclo Formativo de Grado Superior de Energías Renovables en el I.E.S. Caurium (Coria), quien combina una sólida experiencia en la empresa (fue trabajador de Grupo Incalexa) con su actual vocación docente.

A través de su mirada comprometida, repasamos el papel de la FP en la empleabilidad juvenil, la implicación del tejido empresarial y el reto de alinear educación y desarrollo sostenible.

Pregunta: Eduardo, ¿qué ofrece la Formación Profesional a los estudiantes hoy y cómo ha evolucionado en los últimos años?

Respuesta: La FP proporciona una formación práctica y especializada, muy conectada con las necesidades reales del mercado laboral. Los estudiantes adquieren tanto competencias técnicas como habilidades transversales que le permiten integrarse rápidamente en entornos profesionales. En los últimos años, hemos vivido una auténtica transformación. Los contenidos se han actualizado para reflejar los avances tecnológicos, especialmente en sectores como las energías renovables o la digitalización. Además, la modalidad dual ha estrechado la relación entre los centros educativos y las empresas, permitiendo una formación más inmersiva. Todo esto ha contribuido a que la FP tenga hoy un reconocimiento social mucho mayor. Ya no se ve como una segunda opción.

P: ¿Qué ha supuesto la implantación de la FP Dual en los centros educativos?

R: Ha supuesto un cambio radical. Esta modalidad, que combina formación académica y práctica en empresas, ofrece ventajas claras: los estudiantes ganan experiencia real, establecen contactos profesionales y acceden con mayor facilidad al empleo. Para las empresas, es una oportunidad de formar a medida a su propio talento. Eso sí, todavía hay desafíos: ampliar la red de empresas colaboradoras, garantizar prácticas de calidad y avanzar hacia una regulación con que contemple una futura remuneración para el alumnado.

P: ¿Por qué debería un estudiante decantarse por esta modalidad formativa?

R: Por muchas razones. La FP tiene una tasa de empleabilidad muy alta porque está diseñada junto al sector productivo. Además, ofrece salidas académicas, como el acceso a grados universitarios, y especialización en áreas estratégicas como la energía renovable, donde la demanda de profesionales no deja de crecer. Desde el primer día, el alumno trabaja con herramientas y tecnologías reales. Es formación con los pies en el suelo.

P: ¿Qué carencias sigue teniendo hoy la Formación Profesional?

R: Las más urgentes son la falta de plazas en ciclos muy demandados, como los relacionados con la sostenibilidad o la energía, y la desigualdad territorial, ya que no todas las regiones ofrecen la misma variedad formativa. También hay que seguir trabajando para aumentar la participación empresarial en la FP dual y, sobre todo, combatir ese estigma que aún existe frente a las opciones universitarias tradicionales. Afortunadamente, eso está cambiando

P: ¿Qué nivel de inserción laboral tienen los titulados en FP, concretamente en energías renovables?

R: En nuestro caso, la empleabilidad supera el 90%. Y en la modalidad dual, muchas veces hablamos de inserción plena. La razón es clara: el sector está en expansión constante y necesita técnicos cualificados para cubrir múltiples áreas vinculadas a la transición energética. P: ¿Cuáles son las principales salidas laborales? R: Son muy diversas: desde técnicos en instalaciones solares o eólicas, hasta gestores de proyectos de eficiencia energética o auditores. También instaladores de empresas de autoconsumo, soluciones híbridas o mantenimiento de sistemas renovables. Y hay alumnos que optan por el emprendimiento, creando sus propias empresas o consultorías energéticas. La FP abre muchas puertas.

P: ¿Qué papel juega la FP en los nuevos empleos vinculados a la sostenibilidad y la transición energética?

R: Es fundamental. No hay transición energética sin técnicos que puedan hacerla realidad. Necesitamos profesionales que instalen, mantengan y gestionen infraestructuras sostenibles, que apliquen eficiencia energética y que ayuden a cumplir con las normativas ambientales. Sin una FP sólida, el sector no podrá crecer al ritmo que necesita. La FP es la base de una transición energética justa, inclusiva y realista.

Formación con propósito

Eduardo Quintas Monroy encarna el nuevo perfil de docente técnico; cercano al tejido empresarial, con experiencia en el sector y profundamente comprometido con el desarrollo de su alumnado. Su labor no solo forma a técnicos en energías renovables, sino contribuye directamente al progreso de una región como Extremadura, con un enorme potencial en sostenibilidad.